Hace ya dos años que me diagnosticaron una enfermedad denominada CUCI (Colitis Ulcerosa Crónica Idiopática), es parte de las EII (Enfermedad Inflamatoria Intestinal), cuando me la diagnosticaron realmente no vi la seriedad del asunto, vamos seguí todas las instrucciones del Dr. tomaba mis medicinas tal y como me las había indicado y la mejoría vino a tan solo unas dos semanas de haber comenzado el tratamiento. La verdad parecía que no tenía enfermedad alguna.
El tratamiento no lo deje en todo este tiempo pero rompí “la dieta” y lo que había dejado de comer lo empecé a consumir de nuevo, al principio no sentía los efectos pero por lo menos cada fin de semana eran hamburguesas, pizzas, tacos de carnitas, menudo, pozole… muchas de esas cosas tan sabrosas que seguro ahorita que las menciono algunos estarán babeando.
A principios de Agosto pasado empecé a tener ciertos síntomas pero aún me sentía bien. Yo consideraba que tan solo con dejar de comer todo lo que se que me hace mal y seguir con el tratamiento mejoraría, pero al parecer no fue así, además de que esto se me complico con amebas.
Ahora estoy en brote o como quien dice en fase activa, me subieron la dosis y ahora si tengo estrictamente prohibido o al menos si quiero sentirme mejor dejar toda esa comida que tanto me gustaba.
El pasado fin de semana optamos por ir con una nutrióloga, necesitaba de una dieta balanceada y ya me estaba hartando de comer todo los días casi siempre lo mismo. A día de hoy me he ido sintiendo mejor, parece que todo va mejorando, los síntomas han ido a minorando, aun no desaparecen del todo pero al menos los que yo consideraba más graves ya no están. Aún así no puedo ni quiero volver a comer nada que sé que me altera mi sistema digestivo.
¿Por qué digo que de lo malo se pueden sacar cosas buenas?. Pues bien, gracias a la enfermedad he ido perdiendo peso, peso que estaba de más, esto podría aprovecharlo y lograr bajar un poquito más y vivir más “saludable”. Ahora me estoy yendo a caminar 30 minutos (para empezar) y de verdad hoy me sentí mucho mejor, los primeros días me cansaba muy rápido, hoy lo hice con más ganas.
Por eso, de la enfermedad y todo lo malo que pudiera tener, estoy sacando lo positivo, comer más sanamente, bajar de peso para evitar otros problemas de salud y sonreírle a la vida, solo tenemos una y más vale vivirla bien y en paz.